Grandes pifias con los trucos caseros de belleza

Hola!

Hoy se me ha ocurrido contaros trucos de belleza caseros -sí, de ésos que supuestamente son buenos, bonitos y baratos-  y con los que me fue de pena.


Desmaquillante de ojos bifásico casero.-

Leí a varias bloggers que contaban cómo hacerte tú misma el desmaquillante de ojos, y elogiaban sus bondades: ¡es baratísimo! ¡Y muy fácil de hacer con productos que todas tenemos en casa! ¡Funciona igual de bien que los que compras en la tienda! ¡además es ecológico, y te nutre la zona del contorno de ojos! ¿qué más se puede pedir?
 

desmaquillante bifásico casero: agua, aceite y un frasquito para mezclarlos

Me acababa de quedar en paro, y lo de hacerme yo misma un desmaquillante casero baratísimo y buenísimo me pareció perfecto.

¡Manos a la obra! es algo tan sencillo como tomar un frasco pequeño, llenar la mitad con aceite vegetal (de oliva o de almendras, por ejemplo), y la otra mitad con agua (algunas bloggers usan en su lugar infusión de tomillo o de manzanilla, o agua de rosas).

Cierras el frasco, agitas bien para mezclar los componentes y listo para usar.

Mojé un algodón con la mezcla para desmaquillarme las pestañas y.... escuece. MUCHO. Me irritó los ojos una barbaridad.

Encima deja la zona muy grasienta. Y la visión borrosa durante un rato, porque el aceite impregna el ojo ocular.

Además, casi todos los restos de rímel han migrado de mis pestañas a alrededor de mis ojos, en plan mapache. No entiendo porqué no se quedan en el algodón, como con los desmaquillantes convencionales.

Probé a poner sólo 1/4 de aceite vegetal, y 3/4 partes de agua. Y seguía escociendo casi igual, a la par que quitando peor el maquillaje.

Tuve que darme con agua fría en los ojos para calmar el escozor.

Nunca más. Al día siguiente fui a comprar un desmaquillante bifásico de Yves Rocher, que aunque tuve que pagar por él, al menos no me dejaba ciega.


Aceite de almendras para el pelo.-

¡Y seguimos con los aceites! En esta ocasión, probé el consejo que me habían dado varias amigas:

Ponte aceite de almendras en el pelo. Pero el aceite de almendras de verdad, el que venden en herbolarios, no el aceite Johnson para bebés que es todo química.
Lo dejas actuar 1/2 hora por lo menos, te lo lavas con tu champú habitual y... ya verás cómo no te queda igual (guiño de complicidad, dando a entender que mi cabello alcanzaría una textura y suavidad nunca vistas antes).

¡A por ello! Voy al herbolario y compro aceite de almendras dulces de primera presión en frío, que se supone que es el mejor, el equivalente al aceite de oliva virgen extra.

Me lo pongo en el pelo durante 1/2 hora, lo lavo con mi champú habitual... y efectivamente. No me queda igual.

Me queda pastoso, apelmazado y pringoso.

Otra vez a la ducha para enjabonar el pelo. Necesito 2 jabonaduras más para quitarme todo el aceite. Y una vez más el pelo sigue sin quedarme igual.

Ahora lo tengo electrizado, reseco y fosco de tanto champú.

Debe de ser que el aceite y mi pelo no se llevan bien, porque con el aceite de coco-que también lo recomiendan mucho para nutrir el pelo- me pasó algo parecido.
O puede que sea porque mi cabello, que está bastante sano (sólo un poco seco por las puntas) no necesite aceites extras. O quizá me lo apelmace tanto porque mi pelo es muy fino.

Aceite de almendras vs. aceite capilar del Yves Rocher. Me quedo con el segundo.

Algún tiempo más tarde probé el aceite reparador capilar de Yves Rocher (parece que me paguen de esa marca por hacerles publicidad, jijiji... no, no me dan nada), y con ese aceite sí que me fue bien. Es el único que se elimina fácilmente de mi cabello con sólo una jabonadura, y me deja el pelo suave y brillante.


Moño para tener ondas naturales.-

Otro consejo muy habitual de las bloggers: en verano, haz un moño con tu pelo en lo alto de la cabeza. Cuanto más arriba mejor.

Así vas cómoda y peinada a la piscina o a la playa. Y a la tarde-noche, sólo tienes que deshacerte el moño, y tu cabello se habrá convertido en una cascada de rizos (si has hecho el moño apretado) o de ondas (si el moño estaba más suelto).

Me hago el moño para ir a la piscina. Dicho sea de paso, el moño no me favorece nada, pero lo hago por probar, y por ver más tarde esas bonitas ondas en mi cabello.

A la tarde deshago el moño, y mi cabello se ha convertido en... una mezcla de rizos feos de puntas tiesas y ondas amorfas. Con algo de volumen a los lados y muy pegado a la cabeza por arriba. Horrible.

Horquillas tipo clip para el pelo. Me gustan más que las de gancho.

Prefiero dejarlo secar al aire, y terminar con un toque de secador y cepillo, como he hecho siempre, para tener un peinado bonito.


 Exfoliante con crema Nivea y bicarbonato.-

Este truco casero me lo dijeron hace años. Consiste en mezclar crema Nivea - de la lata azul de toda la vida -  con bicarbonato.

Te lo echas en el cuerpo, sobre la piel seca, y lo dejas actuar un rato. Aclaras con agua en la ducha, y te queda la piel increíblemente suave, nutrida y exfoliada.

O éso me dijeron.

Probé a hacerlo y.... creo que el efecto exfoliación viene de lo mucho que tienes que frotar para quitarte el pringue.
Al final me quedó la piel enrojecida de tanto frotar. No he vuelto a repetir.

Exfoliante con Nivea y bicarbonato. No fue buena idea...

 Prefiero usar un exfoliante casero con aceite vegetal (de almendras o de oliva), sal o azúcar, y unas gotitas de aceite esencial de lavanda para dar buen olor.

O si no, un exfoliante comprado. El que tengo ahora es uno de Rituals que me regalaron por mi cumpleaños, y me va muy bien con él.


Autobronceador con bolsas de té.-

También hace muchos años de este truco casero, y me sigue haciendo gracia acordarme de él.

Aún era una adolescente, cuando ví llegar a una compañera de colegio con un precioso color bronceado.

El día antes, esta chica vino a clase con su tono de piel habitual, mucho más claro. Así que le pregunté cómo había hecho para conseguir ese color dorado en menos de 24 horas.

Por entonces no había autobronceadores tan logrados como hoy en día, sino que te dejaban la piel de color amarillo naranja muy feo.

Me dijo que había llenado la bañera con agua caliente, había echado bolsas de té, y se había dado un baño en ese agua.

Le pedí más explicaciones sobre cómo hacerlo (¿y luego te tienes que aclarar con agua? ¿sólo echas té, o también echas gel de baño? ¿cuánto tiempo tienes que estar en remojo? etc etc), y le molestó bastante darme más detalles de lo que para ella era más que obvio.
Quizá se sintió molesta porque le parecía que era un truco tan conocido que no hacía falta explicarlo - bueno, y también tenía que ver que esta chica era muy "especialita"-, pero a mí nunca se me hubiera ocurrido lo de bañarme en té para parecer morena.

Al llegar el fin de semana llené la bañera, eché varias bolsas de té negro, y me metí en el agua.

El resultado fue un color moreno a ronchas, y de un tono ocre muy artificial en una piel tan blanca como la mía.

Bolsita de té negro vs. autobronceador de L'Oreal.

Quien sí cogió bien el color del té fue la toalla que usé para secarme al salir de la bañera, y también las sábanas de la cama, y la ropa de verano de colores claros que usé aquellos días.

Actualmente prefiero usar el autobronceador de L'Oreal, que es el único que da un tono ligeramente bronceado muy natural y precioso a las que somos blanquísimas de piel.

Espero que al menos os hayáis echado unas risas con estos pequeños desastres.

¿Habéis seguido algún truco de belleza casero con el que también la hayáis pifiado? ¿Os atrevéis a contarlo por aquí?